¿Es cierto que el relato La Rebeca está basado en un hecho real?
Una amiga me contó lo que había sucedido con una tía suya en la Guerra Civil en Almería. De ahí surgió la base del argumento del relato. Le pedí permiso para escribirlo y me lo concedió. Recuerdo que comenté que era una historia muy bonita. La amiga me dijo que a ella no se lo parecía porque su tía había sufrido durante toda su vida las consecuencias de ese acto tan sencillo y tierno.
¿No crees que otro gran protagonista del relato son los refugios antiaéreos de Almería?
Como a tantos almerienses y turistas, la visita a los refugios me impresionó muchísimo. No creo que haya un mejor modo de imaginarse y comprender la angustia de la guerra. Además, se trata de una obra civil, realizada por los ciudadanos para los propios ciudadanos. A mí me parecen un incomparable monumento a la mejor solidaridad. La construcción de los refugios, más que una acción defensiva, fue una afirmación de la vida. Sin duda, visitar los refugios es una experiencia magnífica.
¿Es un relato de guerra o de supervivientes?
Una explicación del fin trágico de la República es que ni los mismos políticos creían en ella. No solo en España, sino en toda Europa había una gran polarización nada favorable al diálogo y a la democracia. Recuérdese también que al final de la guerra dos partidos minoritarios como el Partido Comunista y la Falange, acabaron teniendo un gran peso. En medio quedó la gran mayoría de los españoles que se vieron, sin quererlo, en un territorio en que mandaba uno de los bandos. La mayoría de la población, hay estudios que lo demuestran, estaba atrapada en una guerra que no querían.
¿Se trata de un relato pacifista?
Sostener que habría que eliminar el ejército me parece una ingenuidad. Sería como decir que no son necesarios ni la policía ni los jueces o que no habrá más invasiones. Por otra parte, estoy convencido de que tras la crispación de las ideas y del fanatismo, lo que imperan son los intereses y las ambiciones personales. La sociedad civil no debería permitir que nadie la radicalice ni nos empuje a un bando extremo. Hay que ser radical, pero en la defensa del diálogo y de los términos medios.
¿Crees que actualmente se pueden repetir situaciones similares a las de La Rebeca?
Las imágenes de los que huyeron de la conquista de Málaga por los nacionales son calcadas de las de los refugiados a los que en la actualidad se impide entrar en Europa y de tantos otros refugiados que hay en otros lugares. Como se aprecia en las fotos de los que huían por la carretera de Málaga-Almería en 1937, la gente no se había preparado para huir. Muchos iban prácticamente con lo puesto y, evidentemente, la inmensa mayoría no había cometido ningún crimen que mereciera la pena de muerte. Huían por miedo y porque, simplemente, querían vivir. Se trataba de familias enteras que fueron bombardeadas y ametralladas en una especie de cruel diversión de los señores de la guerra.
Lo tengo muy claro, yo sería un refugiado. Huiría de la guerra. No tengo la solución para el problema de los refugiados ni para tantos males que aquejan al mundo, pero sí estoy convencido de que ninguna de mis ideas vale lo suficiente para poner en riesgo la vida de ninguno de mis familiares, y por extensión, de la de nadie.