ENTONCES, ¿HAY O NO HAY MUCHO ACOSO ESCOLAR EN ESPAÑA?


Como ha quedado demostrado en la entrada «¿HAY TANTA VIOLENCIA ESCOLAR EN ESPAÑA?«, en España, en comparación con otros países, hay poco acoso escolar. Lo cual no significa que no sea un problema grave que la sociedad debe tener muy presente. Según una respuesta gubernamental hubo en el año 2107 hubo 1054 casos de acaso escolar. Otras organizaciones sitúan el número en 1400 casos


Una de las mayores expertas en acoso escolar, Fuensanta Cerezo, ha recogido varios informes y apunta que entre el 10 y el 15 por ciento de los escolares españoles están implicados en alguna situación de acoso escolar. Otros estudios hablan del 50 por ciento, y, finalmente, hay quien sostiene que todos los alumnos se han visto implicados alguna vez en un acoso escolar. Se sabe que hay acoso escolar en todos los países industrializados en los que hay enseñanza obligatoria.


Por mi experiencia personal, tanto de alumno como profesor, creo poder afirmar que el acoso escolar está latente en todos los cursos hasta cuarto de la ESO. Lo que sucede es que en la mayoría de los casos no llega a alcanzar una gran gravedad. Eso no significa que no haya que adoptar medidas y estrategias para evitarlo.

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Transcurrido muy poco tiempo desde principio de curso, los papeles o roles se empiezan a repartir entre los compañeros (el líder, el compañero del líder, el gracioso, etc.). Es entonces cuando parte del grupo decide meterse con un alumno. Puede que la estrategia de este alumno sea considerar inevitables los desplantes y las risas de los demás. Pues bien, eso es la base del acoso escolar.


Uno de los indicios para detectar el acoso escolar son los motes entre alumnos. Los motes siguen siendo muy frecuentes en las aulas. En los grupos en los que los alumnos se llaman frecuentemente con motes, se da un ambiente que puede dar lugar al acoso escolar.


Las claves del asunto, desde mi punto de vista, son el grado de intensidad (física o psicológica) de los ataques a la víctima; el grado de exclusión al que la someten; y el sufrimiento que la víctima padezca.


Otro aspecto muy interesante es que el acoso escolar, para serlo, ha de prolongarse en el tiempo. Lo cierto es que los grupos de alumnos evolucionan con gran rapidez y puede ser que el rol de víctima vaya cambiando de un alumno a otro o, simplemente, desaparezca. Pero, claro, que a uno le toque ser la víctima durante dos meses es mucho tiempo.


Algo importante a destacar es que en la comunidad educativa (padres, alumnos y profesores) ya se ha creado la conciencia de que el acoso escolar se desencadena en cualquier momento. Los programas de prevención se han activado en muchos centros haciendo conscientes a los alumnos de que deben evitar el acoso y a los profesores de que tengan bien abiertos los ojos para detectarlo. Por lo general, en los centros se actúa con rapidez y con eficacia.


Así que se podría decir que sí, que en los centros educativos españoles hay acoso escolar. También que se dan muchos conatos de acoso escolar que no llegan a ser graves.


En definitiva, hay que seguir estando muy alerta ante cualquier indicio de cualquier tipo de acoso escolar.

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