EL ACOSADOR ESCOLAR Y EL GRUPO

En el acoso escolar a mí me parece más interesante y decisivo el comportamiento del grupo (los espectadores) que la agresividad del acosador. El que el más fuerte abuse del más débil me parece tristemente predecible. La cuestión es que el acosador agrede a la víctima en presencia de todos los compañeros, los cuales, juntos, son más fuertes que el acosador. Además, el acosador logra sus objetivos cuando consigue que el grupo primero acepte sus agresiones, después colabore en ellas y, finalmente, excluya a la víctima.


¿Cómo es que el grupo acaba convirtiéndose en encubridor y cómplice del acoso escolar?


Algunos autores dicen que el acoso es una forma de ejercer el poder basada en el miedo. Los espectadores sienten temor porque piensan que si intervienen, tendrán grandes posibilidades de que el acosador la emprenda con ellos. No actuar, por tanto, se convertiría, en un mecanismo de supervivencia personal. No defender a un compañero que está siendo agredido injustamente sería un mal menor, en comparación con el mal mayor que supondría convertirse en la siguiente víctima.


Para otros, más que el miedo, la fuerza que arrastra a los compañeros es el mimetismo. Ellos hacen lo que ven. El famoso refrán de “a dónde fueres haz lo que vieres” lleva implícito ese modo de actuar. Es decir, si quieres adaptarte, no te signifiques y haz lo que los demás. Que en este grupo la norma es atacar a un compañero, pues se ataca al compañero sin mayor problema.


Por otra parte, convertir a un compañero en “chivo expiatorio” es un mecanismo que afirma la cohesión del grupo. Desde este punto de vista, la víctima se comportaría de una forma particular que merece la desaprobación del grupo. Con esta excusa, el grupo se carga de razones para saltarse las normas más elementales de convivencia.


La víctima, de algún modo, se desviaría de lo aceptable para la mayoría, por lo que merece ser rechazada. Neutralizando a la víctima, se liberan las tensiones del grupo y se refuerza una determinada y común forma de ser.


Pero el grupo, no solo deja hacer al acosador, sino que aprueba que el acosador ejerza violencia sobre el más débil. En efecto, el acosador, cuando ataca un compañero y comprueba que los demás le dejan hacer, no solo piensa que va a salir impune de su fechoría, sino que percibe que los demás lo aprueban. El acosador percibe que se acrecienta su prestigio y su liderazgo entre una parte importante de sus compañeros.


Los espectadores ven en el acosador una serie de cualidades que a ellos les gustaría tener, tales como el dominio, el poder, la valentía y la confianza en sí mismo. Por contra, a la víctima, la desprecian porque la consideran débil y cobarde. Los espectadores prefieren mayoritariamente relacionarse con el acosador que con la víctima, a la que ven como una perdedora que merece ser intimidada.

Deja una respuesta