DESVELA EL MISTERIO: ¿QUIÉN ES LA MAJA DESNUDA DE GOYA?

(Contiene todos los cuadros de Cayetana de Alba y de Pepita Tudó)

Colabora en desvelar el misterio de quién era la mujer que pintó Francisco de Goya en sus cuadros La maja desnuda y La maja vestida. Los historiadores no saben a ciencia cierta de quién se trata. Unos dicen que la mujer retratada fue Cayetana, la duquesa de Alba; otros que Pepita Tadó, la esposa clandestina del poderoso Manuel Godoy.

Para descubrirlo solo tienes que comparar los cuadros de las majas con los de Cayetana de Alba y los Pepita Tudó. Una tarea con cierta dificultad, dado que Goya bien pudo cambiar la cara con el fin de que no fuera reconocida.

Pero, ¿quiénes eran Cayetana de Alba y Pepita Tadó?

Maja, Cayetana (duquesa de Alba) y Pepita Tudó

LA BELLÍSIMA Y ATREVIDA CAYETANA DE ALBA

Las dos mujeres apenas tenían nada en común, excepto que Goya las visitaba en su “toilette” o  “lever”, esto es, el momento del día que ciertos personajes de la época dedicaban a asearse y vestirse acompañados de varias personas. La “toilette” era un momento de disfrute del propio cuerpo, pero también un acto social. La “toilette” la realizaban hombres y mujeres y, tanto particulares como cargos públicos. Así, por ejemplo, la reina María Luisa recibía embajadores mientras se aseaba y su favorito, Manuel Godoy empezaba a despachar asuntos de estado en su cuarto de aseo.

La “toilette” de la duquesa de Alba debió ser magnifica, dado que se realizaba en un palacio esplendido y a que era bellísima. Un viajero extranjero decía de ella: “No tiene un sólo cabello que no inspire deseo. Nada hay más hermoso. Ni hecha por encargo podría haber salido mejor.”

La duquesa se despertaba hacia las once de la mañana y era conducida al gabinete por doncellas en una silla de reposo. Allí estaban ya congregados varios hombres y mujeres acompañados de un músico que amenizaba el acontecimiento. El momento crucial y más esperado era cuando la duquesa debía elegir el vestido que debía lucir ese día. Para probar los diferentes vestidos y sus posibles combinaciones con otros elementos de adorno, a la duquesa no le importaba mostrar los brazos, los hombros, la espalda y los pechos. Y es que el sentido del pudor en el siglo XVIII era muy diferente del actual. De hecho, se consideraba más atrevido mostrar los pies que los pechos.

Cayetana de Alba se casó en un matrimonio de conveniencia con el aristócrata José Álvarez de Toledo y Gonzaga, que, como ella, acumulaba numerosos títulos y propiedades. Tal es así que la pareja se convirtió en los nobles con más bienes y títulos de la época.

Lo cual no impedía que Cayetana, al decir de sus contemporáneos, tuviera varios amantes que eran consentidos por su marido. De este modo, en la “toilette” de Cayetana coincidían, entre otros, su marido, Goya y el torero Costillares, ambos presuntos amantes de la duquesa.

Famosos fueron los desplantes y la enemistad de Cayetana y la reina María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV. En una ocasión, con el único fin de humillar a su rival, vistió a sus sirvientas con el modelo que la reina había encargado a los mejores modistos de París.

Cayetana murió inesperadamente a los cuarenta años en el Palacio de Buenavista. Algunos historiadores sospechan que fue envenenada y que la autora del asesinato fuera la misma reina María Luisa. Es algo que no se puede descartar, dado que el veneno se utilizaba con cierta frecuencia en el siglo XVIII. Se sabe con certeza que Jovellanos, el gran ilustrado, sobrevivió a un envenenamiento cuando se enfrentó a la política que patrocinaba la reina María Luisa. También se atribuye al entorno de la reina María Luisa la muerte de la primera esposa de su hijo Fernando VII.

PEPITA TUDÓ Y LA POLIGAMIA

Manuel Godoy y Pepita Tudó se casaron clandestinamente en Badajoz. Los matrimonios clandestinos y la poligamia no eran excepcionales en el siglo XVIII. Los matrimonios de la época eran concertados por los padres atendiendo al nivel social y económico. Pero la norma social había aprobado la figura del cortejo. El cortejo era el acompañante elegido por la mujer. Estaba más visto que el marido mostrase su cariño dando la mano a su mujer, pero, en cambio, la mujer casada paseaba del brazo de su cortejo con toda naturalidad.

No es de extrañar, en un momento determinado, algunos quisieran regularizar estas relaciones por medio del matrimonio.  Sin embargo, estos matrimonios iban contra la ley divina y humana, como no paró de advertir la Inquisición por medio de sermones en las iglesias y condenas públicas.

Al matrimonio clandestino de Godoy y Pepita Tudó asistieron como testigos el secretario particular de Godoy y la dueña de Pepita. La boda se celebró de noche, en una capilla iluminada por velas y, durante la celebración, el cura pidió reiteradamente a los presentes que guardaran el secreto. El secretismo del enlace no impidió que Godoy y Pepita Tudó vivieran juntos y tuvieran una vida marital normal.

Más tarde Manuel Godoy se casó oficialmente con María Teresa de Borbón. El enlace contaba con todas las bendiciones de Carlos IV y la reina María Luisa y fue realizado en una ceremonia pública en el Escorial. Este matrimonio convertía a Godoy en miembro de la Casa real y, por lo tanto, entraba a formar parte en la línea sucesoria para heredar el reino.

Por otra parte, a Pepita Tudó la casaron con el conde de Castillofiel, un anciano arruinado que recibió una importante suma de dinero, con la condición inexcusable de que viviera en Málaga mientras su esposa permanecía en Madrid.

Que Godoy estuviera casado oficialmente no supuso que Godoy relegara su primera esposa. Todo lo contrario, en muchos actos oficiales Godoy hacía que Pepita Tudó ocupara un lugar preeminente. Jovellanos contaba escandalizado que en una ocasión fue a almorzar al palacio de Godoy y que en la misma mesa se encontraban la esposa y la amante del ministro plenipotenciario.

“A su lado derecho, la princesa; a su izquierdo, Pepita Tudó. Este espectáculo acaba en mi desconcierto. Mi alma no pudo sufrirlo. Ni comí, ni hablé, ni pude sosegar mi espíritu. Hui de allí.”

LOS CUADROS DE LA MAJA DESNUDA Y VESTIDA

Hasta su emplazamiento final ambos cuadros tuvieron un curioso periplo. Al principio los cuadros pertenecían a Manuel Godoy. Los tenía un su gabinete junto a la Venus del espejo de Velázquez y otra Venus de la Escuela veneciana del siglo XVI. Los cuadros de La maja desnuda y vestida estaban superpuestos. El cuadro que se veía nada más entrar era el de La maja vestida. Cuando Godoy quería contemplar La maja desnuda o quería sorprender a sus visitantes, accionaba un mecanismo de manera que el cuadro de La maja desnuda se adelantaba.

Cuando Manuel Godoy cayó en desgracia, su gran enemigo, Fernando VII confiscó los cuadros junto a otras muchas otras propiedades del ministro. Durante el reinado de José Bonaparte los cuadros fueron depositados en la Real Academia de San Fernando.

Tras la Guerra de Independencia, el Tribunal de la Inquisición se planteó procesar a Francisco de Goya por haber pintado unos cuadros tan escandalosos, en especial La maja desnuda.

Posteriormente y, durante una larga temporada, ambos cuadros se almacenaron en un espacio retirado de la Real Academia de San Fernando donde había otros cuadros de desnudos y que solo era accesible con una autorización especial.

Los dos cuadros se trasladaron en 1901 a su emplazamiento actual, el Museo del Prado de Madrid

Hay que decir es posible que la maja no fuera ni Cayetana ni Pepita, sino una tercera mujer. Se dice que la modelo de los dos cuadros de la maja fuera probablemente una gitana completamente anónima.

CUADROS DE CAYETANA, DUQUESA DE ALBA

CUADROS DE PEPITA TUDÓ

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