ARGUMENTOS A FAVOR
LAS PATENTES SON UN TIPO MÁS DE PROPIEDAD
Trabajar gratis
¿Alguien de los aquí presentes no solo quiere trabajar gratis sino que va invertir todo su dinero en los demás sin esperar ninguna contraprestación? Me temo que la mayoría dirá que no. Entonces, ¿por qué se cuestiona que las empresas farmacéuticas obtengan beneficios a través de sus patentes? ¿por qué produce extrañeza que las empresas farmacéuticas, como cualquier otra empresa, quiera obtener beneficios?
Las patentes son tan necesarias como la propiedad privada
Para cualquiera resulta lógico cerrar la puerta de su casa cuando la abandona. Una buena cerradura y una buena puerta protegen las viviendas de todos nosotros. Además, para evitar que ocupen extraños la casa se registra en el Registro de la Propiedad, y los muy cuidadosos, en el momento de hacer un seguro, incluso anotan los números de identificación de los electrodomésticos o fotografían sus objetos de valor. La protección de los bienes tangibles y del territorio forma parte de la naturaleza del hombre y está perfectamente asumida como una parte imprescindible de la vida.
Entonces, ¿por qué se discute la propiedad intelectual y no se critica que cada cual tenga su casa, su automóvil o sus ahorros en sus bancos? Seguro que repartiendo estas propiedades se aliviarían casi todos los males del tercer mundo.
Derecho elemental es la salud, pero también la educación, la vivienda, etc.
Ciertamente el derecho a la salud es primordial. Nadie discute que un medicamento puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Por eso son muchos los que se alzan en contra de las patentes farmacéuticas. Sin embargo, también es un derecho esencial el tener derecho a los alimentos, y a nadie parece que se le ocurra expropiar a las cadenas alimentarias o a los campesinos europeos que tiran sus excedentes a la basura. Tampoco nadie obliga a las grandes constructoras a construir casas en el tercer mundo.
Más aún. Se insiste en que en el tercer mundo falta lo más esencial y aquí vivimos en la opulencia. ¿Por qué no obligamos a todos los ciudadanos occidentales a que vivan con lo esencial y el excedente se lo entregamos al tercer mundo? Por ejemplo, obligando a que gasten menos dinero en ropa, calefacción o alimentos innecesarios.
Es evidente que la diferencia entre el tercer mundo y el primer mundo es injusta, sin embargo, no parece que la única opción sea la de expropiar sus propiedades a los ciudadanos del primer mundo, ni tampoco, expropiar las patentes a las farmacéuticas.
La ONU protege las creaciones de los individuos Artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos
Artículo 2: Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.
LAS MALAS EXCUSAS DE ALGUNOS PAÍSES
Algunos países denuncian las patentes para proteger su industria
Los límites a las patentes de los productos farmacéuticos, que estuvo en sus comienzos diseñados como un mecanismo para salvaguardar la salud pública, se han convertido, en realidad, en un instrumento usado para proteger a la industria local. La India, por ejemplo, a la que se le ha llamado la Farmacia de los pobres tiene una importante industria dedicada a producir genéricos a escala mundial. Se puede afirmar, que la India está en contra de que algunos países protejan las patentes con el fin último de proteger sus propias industrias farmacéuticas.
Gastos innecesarios y cinismo de algunos países
En algunos países como la India se sostiene que los medicamentos son demasiado caros y que, dada su extremada pobreza, sus ciudadanos no tienen acceso a ellos. Para estos países, la solución consiste en piratear las patentes para que los medicamentos sean más baratos.
Lo que no se dice es que la India realiza gastos innecesarios. La India está lanzándose a la carrera espacial, no por necesidad, sino por una cuestión de prestigio y orgullo nacional. Posee, además, un ejército sobredimensionado con un importante arsenal de bombas atómicas.
Por si fuera poco, la India ocupa el cuarto lugar en el mundo en empresas dedicadas a la fabricación y exportación de genéricos. ¿Realmente a la India le mueve el altruismo en piratear patentes extranjeras o realmente es el interés puro y duro?
Gran manipulación de los Estados
Hay una gran manipulación de los Estados en este asunto. Las farmacéuticas son gravadas con impuestos en los países donde están radicadas. Con sus impuestos ya contribuyen al bienestar social.
¿Puede ser que la India decidiera convertir en genérico un medicamento de Novartis, precisamente porque Novartis sea una empresa situada en Suiza? ¿Habría expropiado una patente a una farmacéutica radicada en la India?
Si los países subdesarrollados respetan las patentes, se les dará tecnología
Se critica que a los países subdesarrollados se les niega el acceso a los medicamentos baratos y también se les impide el acceso a la tecnología que les posibilitaría la investigación y la producción de esos medicamentos. Lo cierto es que si los países subdesarrollados fueran respetuosos con las patentes y la propiedad intelectual, las multinacionales estarían más dispuestas a transferir nuevas tecnologías al estar seguras de que sus ideas no serían pirateadas.
Sin patentes los países menos desarrollados tampoco innovarán
Si los países subdesarrollados desean ofrecer a sus ciudadanos medicamentos específicos para las enfermedades locales, el peor camino es legislar contra las patentes. En esos mismos países sus investigadores harán esfuerzos para investigar nuevos medicamentos solo si respeta y se reconoce su esfuerzo. Si no lo hacen, los países subdesarrollados siempre serán dependientes de los descubrimientos que se realicen en otros países donde si se respeta las patentes farmacéuticas.
PRECIOS AJUSTADOS
Precios diferentes en países diferentes
Se critica mucho que en España el acceso a los medicamentos contra la hepatitis C fuera tan caro. Lo que no se dice es que Gilead Sciences fijó precios diferentes para diferentes países. De hecho, la empresa estadounidense Gilead Sciences adoptó un sistema diferenciado, por el cual cobra los precios más bajos en India y en Egipto en comparación con los precios de Estados Unidos y Europa.
Las patentes pagan también las investigaciones fallidas
Varios años de investigación en la investigación de un medicamento no siempre desembocan en un éxito. Han de pasar muchos años de experimentación y de pruebas para que un medicamento se considere aceptable para el uso humano.
Aún así, después de comercializarse, un medicamento puede ocasionar daños que no se habían advertido en el proceso previamente exigido por las autoridades. Entonces el medicamento ha de ser retirado del mercado y el perjuicio económico recae en empresas exclusivamente, no en las autoridades que lo aprobaron.
Medicamentos caros que a la larga son baratos
El SIDA, el cáncer, la hepatitis C no son enfermedades cualquiera. Hacen que las personas mueran tras una penosa enfermedad durante la cual se gastan mucho dinero en ciudadanos paliativos. Además retiran del mercado laboral a personas en edad laboral. Los medicamentos que abordan estas enfermedades, aunque sean caros, con su eficacia, hacen que los Estados y los mismos pacientes acaben ahorrando dinero.
No tantos beneficios
Es cierto que ha habido beneficios, pero también que ha sido a costa de fusiones o, lo que es lo mismo, porque ha habido empresas farmacéuticas que han sido absorbidas por otras mayores. Si el negocio hubiera ido bien, las empresas no habría permitido su absorción, sino que habrían seguido siendo independientes. Las absorciones siempre implican despidos y pérdida de capacidad de decisión, dado que la matriz es la que decide todo.
LAS PATENTES FOMENTAN LA INVESTIGACIÓN
Atacar las patentes debilita la investigación
Una empresa farmacéutica puede optar por investigar en materias accesorias (por ejemplo, en tratamientos contra la calvicie) o en enfermedades importantes como el cáncer. Si obtiene un buen producto contra la calvicie, nadie exigirá que la patente sea expropiada y podrá obtener ingentes beneficios. En cambio, si realiza un medicamento esencial contra el cáncer, muchos serán los que exijan que la patente sea expropiada de inmediato y sus beneficios serán cuestionados.
Está claro, por tanto, que si se quiere que las farmacéuticas investiguen para curar las enfermedades más importantes, se les ha de permitir trabajar en un entorno legal seguro y estable en que las patentes no sean cuestionadas de forma arbitraria.
Sin patentes no habría investigación
Con las patentes se protege la inversión realizada para descubrir un medicamento. Pero, además, en la esencia de las patentes está promocionar la investigación, que es fundamental en el sector farmacéutico. El reconocimiento del trabajo y el beneficio económico son incentivos importantes para la investigación.
Es algo fácilmente entendible a pequeña escala. Un particular quiere emprender un negocio independiente. Primero se preocupará de poder ofrecer un producto original (un alimento especial, un videojuego…). Después estudiará el mercado para comprobar su viabilidad. Después de comprobar que hay un nicho de mercado, el particular se lanzará a trabajar duro e invertir sus ahorros en desarrollar y tratar de vender el producto.
De lo que se puede estar seguro es que nadie se molestará en hacer ese esfuerzo si piensa que, cuando esté todo preparado, llegará alguien que copie su producto saltándose sus derechos.
El Círculo Virtuoso
Vencido el plazo de protección de la patente, el innovador se ve obligado a seguir innovando para lanzar nuevos productos, dejando espacio a la competencia genérica que no paga los costos de la investigación. Esto es lo que se ha llamado el Círculo Virtuoso de la Investigación y Desarrollo. Si se interrumpe este círculo restando protección de propiedad intelectual, se crearán menos productos y habrá en consecuencia menos innovación y competencia.
Las patentes favorecen la libre competencia y líneas de investigación diferentes
Rechazar el sistema de patentes supone rechazar que la empresas farmacéuticas compitan entre ellas para conseguir el mejor medicamento. Algunos dirán que todas las farmacéuticas deberían ponerse de acuerdo en delimitar su campo de investigación para que no se pierda el tiempo y energías en realizar las mismas investigaciones.
Hay que decir que se da la colaboración entre las empresas, y que estas se especializan de determinados campos. Sin embargo, a nadie se le oculta que las empresas farmacéuticas, como cualquier otro sector productivo, compiten entre sí. En esto las empresas farmacéuticas se parecen a, por ejemplo, el sector del automóvil que lucha por ofrecer el mejor coche al mejor precio.
También hay que señalar que la creatividad y la innovación proceden de los diferentes enfoques que realizan los distintos grupos de investigadores. Una centralización excesiva acabaría con la creatividad.
GENÉRICOS Y PATENTES
¿Quién duda que los genéricos sean buenos?
Los genéricos son buenos, bonitos y baratos. Son evidentemente buenos para la sociedad porque hacen asequible la salud a muchas personas y alivian el gasto sanitario a los Estados. Eso no ofrece ninguna duda. Pero lo que parecen olvidar los defensores a ultranza de los genéricos es que muchos de esos genéricos proceden de patentes, y que sin esas patentes, no habrían existido dichos genéricos. La gran diferencia entre un genérico y un medicamento patentado, es que el primero no requiere apenas investigación.
Las patentes no duran 20 años, sino 8
La patente concede a su titular una exclusividad de 20 años, contados a partir de su solicitud de registro. Después la patente queda anulada y se pueden hacer genéricos. Sin embargo, no es posible comercializar un medicamento sin antes realizar la investigación clínica, necesaria para acreditar su seguridad y eficacia, lo que retrasa su autorización de comercialización en promedio 12 años.
Por este motivo, el plazo efectivo de la patente farmacéutica se reduce de 20 a 8 años. Durante este período, como en cualquier industria de alta tecnología, el innovador debe recuperar su inversión en investigación y desarrollo, y hacer un mínimo de ganancias para sus accionistas.
En España las farmacias están obligadas a dispensar el medicamento más barato
En algunas farmacias hay una nota que dice que si el cliente quiere un medicamento que esté por encima del precio de referencia, lo pagará de su bolsillo. Las farmacias están obligadas a servir el producto de precio más barato, generalmente un genérico.
La lista de medicamentos que pueden dispensar en las farmacias la elabora el Ministerio y esta lista va variando periódicamente. Esto supone que una persona con una enfermedad crónica se llevará un medicamento diferente en muchas ocasiones.
Aunque el principio activo sea siempre es el mismo, no siempre sientan bien a los pacientes. Por ello los médicos pueden especificar en la receta: por prescripción facultativa lo que obliga a que en las farmacias les dispensen un medicamento concreto. Esto sucede en contadas ocasiones, porque a los médicos también se les controlan las recetas exigiéndoles que receten los medicamentos más baratos.
Las patentes expiran
Cuando las patentes expiran, se produce una importante caída de beneficios. No solo se hacen genéricos con esas patentes, sino que otros fabricantes aprovechan esas patentes para fabricar un medicamento igual o para desarrollar otros nuevos. Cada año decenas de medicamentos que han demostrado su eficacia y cuyo uso se ha asentado en la sociedad, dejan de proporcionar beneficios. Las farmacéuticas se ven obligadas a realizar nuevas inversiones e innovaciones parar conseguir que otros medicamentos sean de nuevo aceptados por la sociedad.
Modificaciones para retrasar el fin de la patente
Se critica que cuando la patente de un medicamento va a caducar, se realizan «cambios menores» en el mismo y vuelve a patentarse, por lo que el laboratorio sigue manteniendo la exclusividad sobre el producto durante otro largo periodo.
No deja de ser una acusación extraña que se critique que las farmacéuticas sigan investigando para mejorar el producto. Que los medicamentos sean más efectivos es la razón de ser de las farmacéuticas.
La culpa siempre de las farmacéuticas
Se culpa a las farmacéuticas de que sea tercera industria más rentable del mundo, pero que, por otra parte, un tercio de la población mundial, es decir, más de 2.000 millones de personas, no tenga acceso a medicamentos esenciales a precios asequibles para ellos y con una calidad garantizada.
Sin embargo, cuando se dan estos datos, no se recuerda otro dato: la mayor parte de estos medicamentos (casi un 95%) no están protegidos por patentes y pueden fabricarse como genéricos, lo que abarata considerablemente su coste.
Las acusaciones contra las farmacéuticas suelen ser una mezcla de tópicos, titulares exagerados y mala información.
EL ESTADO Y LAS FARMACÉUTICAS
El Estado no se responsabiliza de las enfermedades minoritarias
Siempre se dice que las empresas solo les preocupa investigar medicamentos que sean rentables, despreocupándose de las enfermedades minoritarias y menos rentables.
En el fondo esto procede de confundir del papel de la empresa con los poderes públicos. Los poderes públicos se han de ocupar de que todo el mundo sea atendido, no la empresa privada. Si el Estado, las ONG o la sociedad en general quieren que sean atendidas estas personas, debería ocuparse ellos mismos de investigar y facilitar estos medicamentos.
Farmacéuticas públicas
¿Si tanto se quejan los ciudadanos de que las patentes privadas encarecen los medicamentos, porque no exigen a sus gobiernos que creen empresas públicas que se encarguen de investigar y crear medicamentos eficientes y baratos? Los sobrecostes de esos medicamentos los pagarían, claro está, los mismos ciudadanos a través de sus propios impuestos.
Son tantas las reglamentaciones y los impuestos que se hace cada vez más difícil innovar
Hay quejas infundas de que las farmacéuticas no se dedican a las enfermedades verdaderamente importantes. Pero también es cierto que sí lo hacen, como en el caso de la hepatitis C o el cáncer, se consideran que son caros los medicamentos. La amenaza de que los países limiten las patentes, hace que las farmacéuticas se pongan a la defensiva y no aborden las investigaciones que quisieran.
Las farmacéuticas colaboran con la sociedad a través de los impuestos como cualquier otra empresa. De esta forma colaboran en sostener una sociedad de bienestar que todos queremos disfrutar
Las farmacéuticas se abren a la sociedad y fomentan la difusión tecnológica
Son muchas las formas en las que las farmacéuticas se abren a la sociedad. Son habituales las colaboraciones con sectores públicos como universidades, hospitales e incluso se crean empresas mixtas para colaborar en determinados proyectos. Siempre dentro de un marco donde se pactan las condiciones previamente. Estas colaboraciones son un medio para la difusión de los avances científicos y tecnológicos.
EL FALSO TÓPICO DE LAS FARMACÉUTICAS INSENSIBLES
Objetivo, el beneficio de la humanidad
Entre los objetivos declarados de las empresas y las organizaciones internacionales farmacéuticas está mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. Los profesionales y los inversores de las farmacéuticas no dedican su esfuerzo únicamente a obtener beneficios. Si fuera así, habrían dedicado sus recursos a otros negocios más rentables y menos discutidos.
Tal es así que las mismas empresas y organizaciones farmacéuticas dedican parte de sus beneficios de forma altruista a socorrer a los más necesitados. Es el caso de la Industria Farmacéutica de Investigación (IFI) que engloba a las más importantes empresas farmacéuticas. A través de IFI estas empresas donaron de forma altruista importantes cantidades de medicamentos a Ecuador cuando sufrió el 16 de 2016 un gran terremoto. No es la primera vez que las empresas donan medicamentos, de hecho IFI, radicada en Ecuador, se halla presente en las emergencias nacionales de forma sistemática.
Sin patentes no habría salud
Se critica la existencia de patentes porque encarecen los medicamentos. Es indudable, hay medicamentos muy caros. Pero son medicamentos que salvan vidas. Estos medicamentos existen porque existen las patentes. Probablemente, si no hubiera patentes no existirían dichos medicamentos.
En otras palabras, sin la protección adecuada a la propiedad intelectual, no veríamos milagrosas curas para la depresión, para las enfermedades del corazón, etc., que han beneficiado a miles de pacientes en años recientes. Nuevas medicinas que resultan de la sólida protección a las patentes salvan vidas, ahorran dinero y mejoran la calidad de vida de pacientes alrededor del mundo.
Las farmacéuticas aliadas del mundo
Las farmacéuticas colaboran también con la ONU en las grandes batallas contra las enfermedades del mundo. De hecho, las farmacéuticas han asumido de forma natural la exigencia de la ONU de que estén disponibles para los grandes retos sanitarios de la humanidad. Las farmacéuticas han estado en primera línea en la batalla contra el ébola y contra el SIDA. Ahora, de acuerdo con las directrices de la ONU, está dirigiendo sus esfuerzos al gran reto de la cada vez mayor resistencia ante los antibióticos. Las resistencias antimicrobianas pueden tener un gran efecto en la salud y la economía mundial.
Este es tan solo uno de los aspectos en los que participa las farmacéuticas actualmente con la ONU. En la Declaración de la Industria que se hizo en el 2016 del Foro Económico Mundial de Davos las farmacéuticas se comprometieron a afrontar nuevos retos humanitarios e incluso a reducir el impacto ecológico de sus industrias.
PATENTES Y PROSPERIDAD DE LAS SOCIEDADES AVANZADAS
La globalización también amenaza a los países desarrollados
Es triste decirlo, pero las economías del primer mundo dependen cada vez más de productos especializados para mantener su nivel de vida. La globalización ha demostrado que productos fáciles de fabricar como la ropa acaban siendo fabricados en el tercer mundo por unos precios irrisorios. Estos productos después se venden en los países del primer mundo por un precio muy alto. Al primer mundo solo le queda fabricar productos especializados como los que fabrican las empresas farmacéuticas.
Las patentes interesan a los ciudadanos e interesa a los Estados
Los ciudadanos quieren buenos medicamentos que cuiden su salud y también quieren vivir en una sociedad próspera. Hay una consciencia clara de que competir en el sector primario es muy difícil. Productos esenciales como los alimentos o los minerales se producen a bajo costo en muchas partes del mundo.
Por ejemplo, las naranjas se cultivan en España, pero también en muchos países como Argentina, Marruecos, Indonesia o Turquía. De hecho, muchas veces consumimos naranjas procedentes de otros países porque sale más barato importarlas que comprarlas a productores españoles.
Pero los productos que requieren investigación siempre son caros de producir y no se fabrican en cualquier parte del mundo. Es el caso de los medicamentos, que llevan tras de sí investigación y tecnología punta. Solo unos pocos países son capaces de producirlos.
Es por ello que los Estados tienen interés en que haya una investigación dinámica en el sector farmacéutico. Saben perfectamente que el futuro de las sociedades avanzadas está en este tipo de productos.
Con respecto a España, todos los economistas coinciden: no saldremos de la crisis hasta que no se fabriquen productos con un fuerte componente de I+D+I.
Fomentan la calidad de los recursos humanos
Las empresas farmacéuticas dan trabajo a miles de personas en el mundo. Solo en España genera más de 50.000 empleos directos y cerca de 70.000 empleos indirectos. Parte importante de ese empleo lo constituye universitarios altamente capacitados.
Detrás de las patentes hay beneficios económicos, es evidente. Pero también personas comprometidas en el campo de la salud. Son las personas las que producen un nuevo conocimiento. La disponibilidad y calidad de los recursos humanos en las actividades científicas y tecnológicas constituye un elemento esencial de la economía basada en el conocimiento.
Crecimiento económico basado en la innovación
Los métodos de protección de la propiedad intelectual que promueven prácticamente todos los países civilizados son, aunque mejorables, la mejor forma de garantizar el crecimiento económico basado en la innovación.
Las farmacéuticas generan beneficios también para la sociedad
Por ejemplo, en el Campus de la Salud de Granada, la Junta de Andalucía ha promovido que se instalen compañías farmacéuticas. Se favorece que se instalen las empresas farmacéuticas y que inviertan en España, porque generan empleo de calidad. Son las fábricas ideales porque requiere un tipo de trabajador especializado.
Fuga de cerebros
La definición de fuga de cerebro se refiere frecuentemente al proceso que tiene lugar cuando las personas cualificadas dejan sus países de origen para vivir en el extranjero, donde en general encuentra mejores condiciones de trabajo. Tristemente, en España está sucediendo con demasiada frecuencia por la crisis económica
Las personas sobradamente preparadas, al irse al extranjero, generarán beneficios a partir de sus investigaciones las cuales repercutirán de forma directa sobre el tejido industrial extranjero, pero no sobre el español.
Cualquier país, no solo España, avanzará rápidamente hacia el desarrollo tecnológico y económico cuando consiga retener a su personal cualificado y eso pasa por favorecer la protección y la explotación de sus invenciones, en suma, por favorecer la viabilidad de las patentes.
EL RESPETO A LA LEY Y A LA PROPIEDAD INTELECTUAL ESTÁ EN LA ESENCIA DE LAS SOCIEDADES AVANZADAS
Superioridad moral de los países respetuosos con la ley y los derechos del individuo.
Aquellos que quieren acabar con los patentes lo hacen desde una pretendida superioridad moral. Dicen que debe prevalecer el derecho a la vida y a la salud. Sin embargo, también es cierto que hacen prevalecer los derechos colectivos sobre los individuos saltándose las leyes cuando lo consideran oportuno.
Los que consideran que el sistema liberal y capitalista es la mejor opción encontrarán siempre en la historia ejemplos que confirman sus principios más esenciales. En efecto, los países más avanzados lo son, entre otros motivos, por sus principios morales de respeto al individuo.
En estos países los individuos respetan las leyes porque son conscientes de que estas surgen de un pacto social que se refleja en las constituciones y, por ende, en los tratados internacionales.
Los países más avanzados crean y respetan las patentes
Cuando se mide la capacidad de innovación uno de los indicadores más usados es, precisamente, el número de patentes. Y es que, aunque no son lo mismo la propiedad física, la propiedad legal y la propiedad intelectual, sí se da una correlación entre el respeto que las naciones más avanzadas económica y moralmente tienen a todas ellas, tal y como se comprueba en el International Property Rights Index. Sistemáticamente se comprueba que aquellos países que más respetan los derechos de propiedad intelectual atiéndase aquí a
1) la protección de los derechos de propiedad intelectual propiamente dichos;
2) la protección de patentes
3) el cumplimiento del copyright
Son también los que países más evolucionados y los que alcanzan mayor riqueza.