Entre las condiciones del armisticio con los alemanes, estaba la autonomía de la policía francesa. Esta autonomía venía muy bien a los mandos militares alemanes, puesto que eran conscientes que no tenían los efectivos necesarios para el control de la población ni para realizar redadas masivas de judíos. Por otra parte, la policía francesa era muy celosa de su independencia. Incluso, daba la impresión de querer demostrar que dicha confianza por parte de las fuerzas de ocupación era merecida. Tal es el caso de la realización del Fichero Tulard, elaborado con gran rapidez. El Fichero Tulard fue considerado modélico por Theo Dannecker, jefe de la Sección IVB4 de la Gestapo, encargada de lo que los nazis denominaban la cuestión judía.
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El 2 de octubre de 1940 se informó a los judíos que debían censarse en las comisarías. Conque se personara el cabeza de familia, bastaba para toda la familia. Para evitar aglomeraciones, se pidió que se presentaran a una en una fecha determinada según la inicial del apellido. Aun así, se formaron largas colas. Los padres se fiaban de las autoridades francesas y no tenían inconveniente en facilitar los datos de sus familiares. Al fín y al cabo estaban en Francia, la cuna de los derechos humanos y de la libertad. No sabían que con los datos que daban voluntariamente se estaba formando el Fichero Tulard y que una copia de este se entregaría a la Gestapo, en la sede de la Avenida Foch.
El fichero fue encargado por Theodor Dannecker, un capitán de las SS. El capitán Dannecker era el representante de Adolf Eichmann en París con la misión de solucionar lo que los alemanes llamaban «la cuestión judía». El fichero, organizado por André Tulard, fue completado con extraordinaria celeridad y con un sistema de clasificación muy eficaz, lo que llevó a Dannneker a felicitar a las autoridades francesas. El mismo Dannneker escribió un informe como se había confeccionado el Fichero Tulard:
Este fichero se subdivide en un fichero simplemente alfabético, con los judíos de nacionalidad francesa y extranjera teniendo, respectivamente, fichas de colores diferentes, así como fichas profesionales por nacionalidad y por calle.
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El fichero Tulard fue de gran utilidad para realizar la Gran Redada de judíos de 1942, llevada a cabo también por la policía francesa, que conduciría, solo en París, a 12.884 personas a los campos de exterminio nazis.
André Tulard era el subdirector del Servicio de extranjeros y de asuntos judíos. No era la primera vez que realizaba un fichero con fines policiales. Antes había completado, con su reconocida diligencia, un censo de comunistas que la policía francesa también se encargaba de perseguir.
André Tulard también participó en la logística para la colocación de estrellas de tela amarilla que los judíos, incluidos de los niños, debían de llevar bien visibles en la calle.
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El 20 de julio de 1942, el Capitán de la SS, Heinz Rötke, comisionó a André Tulard para organizar los convoyes de deportación que debían transportar a muchos de los judíos que, precisamente, habían sido detenidos gracias al fichero que el mismo Tulard había organizado.
Tras el fin de la Guerra Mundial, André Tulard no fue objeto de ningún expediente ni condena. Conservó su grado de caballero de la Legión de Honor hasta su muerte en 1967.
