Las fuerzas del orden franceses colaboradoras al servicio de la represión de los propios franceses fueron la policía, la Milicia y la Carlinga:
La policía francesa
De acuerdo con el Armisticio firmado por las autoridades francesas y las fuerzas de ocupación, la policía francesa quedaba encargada del orden público, lo cual, de hecho, significaba que la policía francesa aceptaba la autoridad del vencedor.
Es por ello que los policías franceses tenían la justificación para la persecución de los civiles favoreciendo, de este modo, los intereses de los alemanes.
La policía francesa, en muchas ocasiones, se mostraba muy eficiente en la persecución de sus propios compatriotas en un afán de demostrar que era verdaderamente eficaz.
La Milicia Francesa
La Milicia era una organización paramilitar y fascista creada por el gobierno de Vichy para luchar contra la Resistencia y otros enemigos del Estado.
Los miembros de la Resistencia decían que la Milicia era más temible y peligrosa que la misma Gestapo alemana. La Milicia utilizaba la tortura, las ejecuciones sin juicio y las masacres de forma sistemática.
La Gestapo Francesa o Carlinga
La Carlinga la integraban auténticos delincuentes. La ocupación original de muchos de sus miembros era la prostitución o el mercado negro.
De acuerdo con la Gestapo alemana, las autoridades francesas hicieron una oferta pública de 2.000 puestos solamente para París para ocupar puestos en la Carlinga. La respuesta tuvo una gran acogida presentándose 6.000 candidatos. Otto Abetz, el embajador alemán, comentó sarcásticamente que se podía enviar los que candidatos rechazados a otros países donde los alemanes no tenían tantos amigos.
El pacto implícito de la Gestapo alemana con la Carlinga era que ésta podía hacer lo considerara oportuno (robar, asesinar, torturar…) a cambio de entregar miembro de la Resistencia y judíos.
